Chopin y la poesía en el piano moderno primigenio

De niño prodigio a compositor único

Conocido bajo el pseudónimo de el poeta del piano y considerado el primer pianista de la era romántica, Frederic Chopin (1 de marzo de 1810 en Zelazowa Wola – 17 de octubre de 1849 París) terminó consagrándose como el inventor el piano moderno.

Chopin fue un niño prodigio. A los siete años compuso sus dos primeras obras para piano; a los catorce daba conciertos de piano presididos por grandes autoridades (el zar Alejandro I o el gran duque Constantino, gobernador de Polonia) y con dieciséis años se graduó, cum laude, en el Liceo de Varsovia.

La fama de Chopin como pianista y compositor se desarrolló tempranamente. Toda su producción, notablemente influenciada por la música popular polaca (escalas modales y bordones de quinta) y por elementos procedentes de la ópera y del bel canto (líneas melódicas, florituras y rubato), está dedicada al piano. Es una producción en la que cohabitan dos elementos que la hacen única. Por un lado, está dotada de un importante componente lírico, capaz de expresar una sensibilidad de naturaleza tierna, exquisita y apasionada. Y por otro lado, hace un uso innovador e inquisitivo del color armónico. Ambos extremos alumbran una obra virtuosa y elegante en la que se entrelazan fácilmente pasajes de contemplativos con agitación, quietud con turbación, lirismo con drama. He aquí la poesía del piano.

En cuanto a la relación entre Chopin y España pueden destacarse varias cosas. Por un lado, sus partituras comenzaron a comercializarse en nuestro país a finales de los años 40 del siglo XIX, es así como su música empezó a llegar a los músicos y a un público más amplio. Posteriormente, ya durante la segunda mitad del siglo XIX y parte del XX, destacados pianistas españoles (Tragó, Albéniz o Vidiella) programaron una gran cantidad de conciertos en los que su música tuvo un lugar destacado. Y finalmente, en cuanto a la enseñanza pianística, sus obras de Chopin comenzaron labrarse un futuro sólido en España desde 1870.

Actualmente, mientras la enseñanza reglada recomienda obras de Chopin para tocar en los últimos cursos. No obstante, en el ámbito privado, el repertorio de Chopin se conoce mucho antes, gracias a la introducción de adaptaciones que adecúan la pieza al nivel del alumno.

En otro orden de cosas, hoy por hoy, la música de Chopin también tiene su lugar en el cine. La banda sonora de The Magic Piano no es otra que la Op.10 Nº1, titulada Las Escaleras; la banda sonora de Behind the scenes es la Op.25 Nº3, titulada El Caballero; la de Papas’ boy es la Op.25 Nº9; y la de Plink la Op.10 Nº4.

El paso del tiempo siempre ha jugado en favor de la obra de Chopin. De hecho, actualmente, hay quienes afirman que quién no toca algo de Chopin no es pianista.

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https://eprints.ucm.es/51743/1/T40993.pdf

http://www.dipualba.es/webcultura/documento.aspx?id=1794

https://www.semana.com/los-secretos-chopin/113336-3/

http://www.dipualba.es/webcultura/documento.aspx?id=1794