Emahoy Guèbrou, la monja pianista

Emahoy Guèbrou, nacida en Addis Abeba en 1923, en el seno de una familia aristocrática, falleció a principios de 2023, habiendo tenido una vida su vida que osciló entre dos mundos paralelos. A pesar de sus orígenes acomodados, a los veintiún años, Emahoy se convirtió en una monja de vida humilde y monacal que residió, la mayor parte de su vida, en las montañas del norte de Etiopía.

Formada en música clásica occidental, comenzó a tocar el piano a los ocho años aunque, con el tiempo, también desarrolló un notable gusto por los cantos y melodías cristianas ortodoxas tradicionales.

Las obras de Emahoy destacan por destacan por su complejidad y a la vez por su naturalidad. Ella y su piano, produciendo melancolía íntima, meditativa e inquietante. En un libro escrito por su hermano, Emahoy afirmó que la soledad creció con ella como una amiga de la infancia. En 1936, cuando Mussolini invadió Etiopía, tres miembros de su familia fueron asesinados.

Kate Molleson, crítica musical de talla internacional, llegó a afirmar que Emahoy debería incluirse en la lista de grandes compositores del siglo XX. Por su parte, el comentarista musical Sertse Fresibhat calificó sus primeros trabajos de profundos y reflexivos. El musicólogo francés Francis Falceto la presentó a un público amplio en 2006, mediante el lanzamiento de una recopilación de su música de archivo de los años 60 y 70 del siglo pasado.

En Etiopía se conoce a Guèbrou como la reina del piano. Algunas de sus obras suenan en periodos de duelo nacional y otras se utilizan de fondo para audiolibros y programas de radio.