Busca un lugar silencioso y tranquilo, que esté bien ventilado y, si puede ser, que tenga una luz tenue. Escoge una silla en la que sentarte cómodamente, con la espalda recta y sin forzar, o un espacio en el que puedas tumbarte y permanecer relajad@. Luego dale play a la meditación guiada que te presentamos y cierra tus ojos para comenzar. Deja que la voz de la monitora te guíe.