Grandes Piezas Impresionistas en el Piano

Seguimos con el ciclo de grandes piezas clásicas en el piano. Aquí presentamos varias obras del Impresionismo (1875-1925) con sobrado reconocimiento a nivel internacional.

Arabesque No.1, de Claude Debussy(1862-1918)

Esta pieza, que es una de las primeras del Impresionismo musical, compuesta en las tonalidades de Mi Mayor y La Mayor y contiene técnicas compositivas genuinas del citado Impresionismo.

Claro de Luna, de Claude Debussy(1862-1918)

Esta pieza combina alegría y tristeza dando lugar a una creación expresiva que comienza de forma suave y minimalista, para luego convertirse en algo majestuoso y emotivo. Posiblemente, es la pieza más famosa de Debussy y ha sido utilizado como música incidental en el el cine.

“Claro de Luna” pertenece a una obra más grande, titulada “Suite Bergamasque”. Dicha suite está conformada por un Preludio, un Minué, el Claro de Luna y el Passepied final.

Gymnopédie No.1, de Erik Satie(1866-1925)

Esta obra forma parte de un conjunto de tres piezas publicado en 1888. Las tres Gymnopédies son piezas breves para piano inspiradas en la antigüedad griega, concretamente, se trata de danzas que se interpretaban y bailaban en las ceremonias rituales por los adolescentes en Esparta.

Las Gymnopédies están escritas en compás de 3/4, con tempo lento y tienen un marcado carácter melancólico.

La pieza que nos ocupa, está escrita en Re Mayor y predomina en ella la textura de melodía acompañada con melodía de parte aguda u con un patrón que sólo presenta variantes en los finales cadenciales.

Gnossiennes, de Erik Satie(1866-1925)

Las Gnossiennes es un conjunto de seis piezas que Satie compuso a finales del siglo XIX. Teniendo un marcado carácter melancólico, diversas producciones cinematográficas, televisivas y videojuegos han recurrido a estas piezas para incluirlas en su banda sonora. También se han realizado diversas adaptaciones de estas piezas.

Veamos las tres primeras gnossiennes en el piano.

Bolero, de Maurice Ravel(1875-1937)

Esta pieza, compuesta en 1928 y estrenada ese mismo año en París, es uno de los principales exponentes de la música clásica del siglo XX. Inspirada en una danza española, tiene un ritmo y un tempo invariables en combinación con una melodía que se repite continuamente, a excepción de la irrupción de los efectos orquestales.

Los especialistas afirman que el “Bolero” se deriva de la pasión del compositor por afrontar retos y superarlos.

Pavana para una infanta difunta, de Maurice Ravel(1875-1937)

La pavana que aquí se presenta, escrita para piano solo, no trata de homenajear a ninguna princesa histórica, simplemente expresa el entusiasmo nostálgico de Ravel por la moda y la sensibilidad española, entusiasmo que también manifestó en otras composiciones como, por ejemplo, en la “Rapsodia Española”.