La Impronta del Piano

Son numerosos los casos de personas mayores que siguen tocando el piano a pesar de las dificultades físicas y cognitivas que puedan estar experimentando. Detrás de cada una de estas personas suele haber una historia singular que nos permite entender que el piano y la música clásica forman un dúo cuya impronta se torna imborrable y, en ocasiones, hasta terapéutica.

Colette es una señora de 106 años que ha grabado su sexto disco interpretativo. Según explica, con tan sólo cuatro años, la falta de cariño en su propia familia la llevó a prestarle atención a las melodías de piano que procedían del piso de los vecinos de arriba. En poco tiempo, Colette se sintió arropada por las melodías de Chopin y Schumann. Ella afirma que su longevidad se debe a que la música fue capaz de alimentar su alma y su corazón.